-Los que atraviesan el invierno-
En lo álgido del invierno, las horas de oscuridad llegan a ser veinte. Por eso, el personal militar que custodia la base suplementa la luz del sol con cápsulas de vitamina D. El viento sopla tan fuerte que a veces deben esperar para salir de sus habitaciones. El suelo negro se vuelve blanco a medida que lo cubre un manto de nieve.

La dotación de invierno se compone de ocho personas este año: el jefe de la base, una doctora, un operador de radio, un cocinero, un suboficial logístico, un conductor y mecánico, un patrón de embarcaciones menores y un electricista. Todos hacen todo. Son los guardianes que se ocupan de mantener activa la base para que los científicos puedan hacer lo suyo en verano.

La retribución económica de esta misión suele ser el incentivo mayor, pero la curiosidad por ver —por habitar— un lugar tan inhóspito es determinante. Hay quienes pasan un invierno y vuelven una, dos, tres veces. Es el caso de Oscar Correa, uno de los buzos de esta dotación, que dice que a la Antártida “la amás o la odiás”. Nunca había buceado en un mar tan transparente. La primera vez que se sumergió en el mar de Weddell, cuenta, podía ver con total claridad su fondo, que estaba a unos cuarenta metros. La impresión fue tanta que sintió vértigo. No volvió a experimentar nada similar en ninguna otra parte del mundo.

Lorena Mattos, la doctora, es la única mujer de la dotación, pero no le afecta. La comunicación con Uruguay es constante, y las mujeres que forman parte de su vida, cuenta, siguen ahí a pesar del tiempo y la distancia. A sus compañeros los considera “familia”: “Están atentos a si almorzaste, si cenaste, si descansaste bien”. Esa camaradería se construye desde antes, en el curso antártico que toman los candidatos en el Instituto Antártico Uruguayo. Además de exhaustivas evaluaciones físicas y psicológicas, quienes pasan el invierno —la “invernada”, como dicen ellos— deben convivir antes en Uruguay, durante un mes. Tradicionalmente lo hacen en la isla de Flores; esta vez, por la gripe aviar, fue en una casa en La Paloma. Esa es la prueba de fuego.
Uruguay está en todas partes: carteles que indican caminos, un banco en una rambla, un viernes de “La Pasiva”, los acentos del interior, el fútbol y el informativo. Las fotos de todos los uruguayos que atravesaron el invierno en esa base colman las paredes del comedor. Hay placas doradas, homenajes, libros que los anteriores dejaron para los que vinieron y los que vendrán. En el continente donde nada sobrevive, Uruguay se aferra con tenacidad, echa raíces en el hielo y mira hacia adelante.
¿Qué pasa más allá del invierno? Las temperaturas en la Antártida pueden variar dependiendo de la estación, aunque los márgenes entre los que oscila en promedio por mes no suelen ser tan altos. Así, el registro de temperaturas que tiene el Instituto Uruguayo de Meteorología (1986-2015) obtenidos de los resúmenes diarios del NCDC (NOAA) muestra que en meses como enero o febrero la temperatura media puede situarse en el entorno de los 1,9ºc, mientras que en meses como julio o agosto ronda los -6ºc. 

Si se tienen en cuenta las temperaturas absolutas, es decir, las temperaturas registradas por día sin calcular promedios, se puede observar que para la serie 1986-2015 fue en agosto de 1995 cuando se dio la temperatura más baja de la que hay registro: -28,6º C en la Base Artigas. 

En contraparte, la temperatura más alta detectada entre los registros de Inumet data de diciembre de 1990, cuando se alcanzaron 18º C en la base uruguaya de la Antártida.
Temperatura media mensual en la base Artigas (°c)

Temperatura media por mes de 1986 a 2015.

Temperatura máxima
absoluta mensual
0 °c
Diciembre 1990
Temperatura mínima
absoluta mensual
0 °c
Agosto 1995
Entre enero y febrero de 2022, el Instituto Uruguayo de Meteorología instaló en la Base Artigas una estación meteorológica automática, lo que permite tener datos representativos del entorno de la base. Si bien Inumet tenía registros de datos de las distintas variables desde 1986, algunos períodos de la serie no se encuentran digitalizados, como el período 2016-2021. Desde 2022, con la instalación de la estación automática, se cuenta con información en tiempo real de las variables: temperatura del aire, humedad relativa, temperatura del punto de rocío, radiación solar, intensidad y dirección del viento, presión atmosférica, precipitación, tiempo presente y visibilidad.

Así, por ejemplo, es posible tener datos certeros de la temperatura que se registró en febrero de 2024, cuando un equipo de El País recorrió la base. La mínima temperatura registrada durante ese mes fue -0,1ºc, mientras que la más alta fue 8,4ºc.
Temperatura
media anual (°c)

Período 1986-2015

Mín y máx absoluta
en febrero (2022-2024)

Período 2022-2024

¿Cuánto llueve en la Antártida? Los datos entre 1986 y 2015 muestran que en promedio en los meses como enero o febrero la precipitación acumulada puede rondar entre los 40 y 50 mm, mientras que en los meses más secos como julio o agosto la precipitación acumulada se sitúa entre 20 y 25 mm. Las tres décadas de registros dejan ver que en promedio en la Base Artigas llueven unos 420 mm al año.
Media de precipitación acumulada por mes (mm)

Para el período 1986-2015.

Video y entrevistas: Delfina Milder – Mateo Vázquez

Edición video: Florencia Traibel – Florencia Cruz – Mateo Vázquez – Delfina Milder

Visualizaciones de datos: Faustina Bartaburu

Diseño: 
Diego Lorenzo – TI – El País

Datos meteorológicos: Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet)

Fotos: Archivo El País

Imágenes de Drone: Michael González – Instituto Antártico Uruguayo – Tte. 2º (Nav.) Lic. Alexander Díaz y Cbo. 1º (SG) Edgar Maggi – Servicio de Sensores Remotos Aeroespaciales de la FAU

Imágenes apoyo: Claudia Parodi – Pablo De Lucía – Pablo Muníz – Leonardo Mega


Trabajo realizado con apoyo del Instituto Antártico Uruguayo (IAU) y el Ministerio de Defensa Nacional.

Zelmar Michelini 1287, CP.11100, Montevideo, Uruguay.
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